exit! Crisis y crítica de la sociedad de la mercancía, nº 16 (Mayo 2019)

Contenido

  • Roswitha Scholz: La democracia continúa devorando a sus hijos ¡hoy más aún!
  • Gerd Bedszent: El poder del Estado desde el inicio de la modernidad hasta el presente – El Estado nacional como partero y prestador de servicios para la producción de mercancías
  • Herbert Böttcher: ¿Rezar ayuda en la crisis? – Sobre la fuga filosófica para el mesianismo paulino
  • Thomas Meyer: El género entre 'ficha' performativa y biologización – Crítica del queerness posmoderno y del discurso médico sobre la 'transexualidad'
  • Thomas Meyer: Sobre la persistente aporía de la historia – Comentario adicional al texto ‘El dinero es claro, ¿no?’
  • Jan Luschach: Sobre la polaridad inmanente de la teoría burguesa de la historia

Editorial

Si debemos perecer – lo que es probable – entonces no lo hagamos de tal manera que no perezcamos sin haber existido. Las enormes fuerzas com las cuales nos confrontamos se disponen a aplastarnos, y, evidentemente, pueden impedirnos que existamos plenamente, o sea, que imprimamos al mundo la marca de nuestra voluntad. Pero hay un terreno en donde son impotentes. No pueden impedir que captemos claramente el objeto de nuestro esfuerzo, para que, si nuestra voluntad no puede ser cumplida, al menos queramos claramente y no deseemos a ciegas.

Simone Weil en: La revolución proletaria (25/08/1933)1

Quien no quiera hablar sobre el capitalismo debe callar sobre el fascismo. Esa frase de Horkheimer sigue siendo tan válida hoy como antes, y al mismo tiempo debe ser extendida, de modo que quien no quiera hablar sobre la constitución fetichista de la sociedad del valor-escisión, también debe callar sobre las luchas sociales. No cabe duda de que la "cuestión social" ha pasado cada vez más al centro de atención, sobre todo en el contexto de la victoria electoral de Donald Trump de hace dos años. No pocos criticaron el hecho de que la “clase obrera” haya estado fuera de foco durante mucho tiempo y que una clase media burguesa de izquierda se haya concentrado en “políticas de identidad” y “cuestiones LBGT” y que por eso los(as) trabajadores(as) hayan optado por Trump. Estas críticas pueden tener razón en la medida en que los burgueses de izquierda de hecho mostraron poco interés por la "capa social inferior", por los working poor, cuya pobreza se ha hecho evidente desde hace tiempo (falta de hogar, pensionistas recogiendo botellas, forman parte ahora de la vida cotidiana) y desde hace tiempo ha llegado a las capas medias. Sin embargo, se equivocan al sugerir que el racismo tiene su causa real en el empobrecimiento de los últimos años, como subrayado en repetidas ocasiones por la nacional-socialista Sahra Wagenknecht. Estas críticas también erran cuando indican que la izquierda debe olvidar las "cuestiones de identidad" (declarando así que la homofobia, por ejemplo, es un asunto menor o, más claramente, un "problema de lujo" menos importante) y finalmente concentrarse de nuevo en la "cuestión obrera" o la "cuestión de clase".2 Por lo tanto, recientemente se ha vuelto a hablar de “clase” y “cuestión social”, sin que se haya reformulado en términos actuales la necesaria emancipación social contra las categorías reales de la sociedad del valor-escisión; más bien, el vino viejo se vierte en copas nuevas.3 Sin embargo, no se puede hablar de un "retorno" de la cuestión social, ya que ésta nunca desapareció y desde hace décadas está en curso una nueva pobreza en masa.4 En nuestro ámbito ya se ha hecho referencia en varias ocasiones al amenazante y sucesivo colapso social de las clases medias, con sus correspondientes distorsiones ideológicas.5 La crisis se está agravando cada vez más, lo que también significa que se manifiesta cada vez más en los centros, y que en estos centros a menudo se "alcanza" lo que ya es una práctica común en la periferia. Por lo tanto, se puede hablar de un "empobrecimiento recuperador". Mientras tanto, son evidentes los desequilibrios sociales, que no dejan de generar oposiciones, como demuestran las protestas correspondientes. Así pues, los alquileres son cada vez más impagables, muchas personas tienen que pagar una parte significativa de sus ingresos por ellos y no se vislumbra un final para la "locura de los alquileres". Finalmente, las personas tienen que desalojar sus pisos y mudarse a otros más pequeños, que siguen siendo más caros que los antiguos (aún no renovados). En caso de necesidad, el correspondiente guardia con bastón sirve de “ayuda”. En este contexto se exige de buena voluntad un "derecho humano a la vivienda" y que los alquileres sean asequibles, que la cuestión de la vivienda no se deje librada a la "especulación", etc. Sin embargo, toda medida "bien intencionada" termina en la restricción de financiación, e incluso las "promesas" de quizás querer crear más viviendas sociales sólo se materializan en última instancia para aquellos que pueden pagarlo. En tal situación, la reacción apropiada sería exigir que los bienes materiales sean arrebatados de la lógica de la valorización cuando éstos ya no pueden ser movilizados de acuerdo con los criterios capitalistas. Pero como el capitalismo se basa en el sacrificio humano6, la ultima ratio es, en última instancia, desechar los bienes materiales, tirar el pan no vendido a la basura, dejar los departamentos vacíos y criminalizar a todos aquellos que quieran oponerse prácticamente, por ejemplo ocupando casas vacías o mudándose de nuevo a pisos previamente desocupados. En lugar de enfrentar el absurdo obvio del capitalismo, las personas son declaradas factores perturbadores, un problema de seguridad. Medidas dictatoriales están disponibles a cualquier momento (ver abajo). En cualquier caso, no habrá escasez de "sabuesos" y "ayudantes dispuestos". Pues la “democracia fortificada” sabe cómo ayudarse a sí misma.

El racismo, ya desenfrenado, se intensifica aún más si se culpa a los refugiados de la pobreza de la tercera edad y de la escasez de viviendas, como si la situación social hubiese estado viento en popa antes de la "crisis de los refugiados" (Hartz-IV, trabajo temporal, etc.), como si la madre soltera o el pensionista estuviesen en mejor situación económica si los refugiados no hubiesen llegado. Por supuesto, los "preocupados" nazis de la Alternative für Deutschland [AfD, Alternativa para Alemania] están construyendo las bases de los pogromos. En lugar de solidaridad, selección humana racista. Esto último ya se hizo evidente en el Essener Tafel, a principios de 2018, que sólo quería distribuir alimentos a "alemanes". Sin duda, la necesidad es enorme, y no por último entre las personas de origen inmigrante o refugiado; pero en lugar de practicar la solidaridad movilizándose para que todos tengan suficiente, aunque sea violando el “idealismo de intercambio” burgués e insistiendo en que al menos no se tire nada a la basura, es decir, apropiándose de las mercancías no vendidas, la “escasez” permaneció en la conciencia como un hecho natural irrefutable. No es de extrañar que Wagenknecht también defendiera aquella práctica. Es cierto que la reacción de muchos fue realmente hipócrita, sobre todo de aquellos que fueron corresponsables de las catástrofes anti-sociales (Agenda 2010 de Rot-Grün, etc.). Sin embargo, la supuesta crítica social de Wagenknecht es en sí misma hipócrita si pretende con toda seriedad contrarrestar esta situación mostrando comprensión de las medidas racistas.7

Naturalmente, los agitadores de una sacudida fascista no quieren saber nada sobre una crítica fundamental del capitalismo. En cambio, la miseria que ya no puede ser ignorada se invierte de manera racista, lo que se hace evidente en la pretendida "política social" del ala nazi de la AfD8, abordada en el congreso del partido el 30 de junio de 2018 en Augsburgo. Björn Höcke dice en su discurso: "Pensemos conjuntamente en la identidad y la solidaridad, también y sobre todo en un ámbito político central que tendrá voz en el futuro de este país, en el ámbito de la política social con las sub-áreas de la salud, las pensiones y la asistencia. Pensemos juntos, entonces, en la identidad y la solidaridad y nos convertiremos en el partido del pueblo, el único partido del pueblo relevante del futuro de la República Federal de Alemania [Aplausos]. Estoy firmemente convencido, éste es mi análisis de la situación en Alemania, en Europa y en el mundo, estoy firmemente convencido de que la AfD seguirá siendo el partido de la paz social (!) y de que debe hacer que la población de este país sea aún más consciente de sí misma como partido de la paz social. [Aplausos]".

¡El “Partido de la Paz Social”! ¡Qué idea! A lo que se parece esa “paz social” fue mostrado, por ejemplo, por el nazi Andreas Winhart de la AfD en un discurso electoral en Baviera en otoño de 2018: "Hay un número increíble de casos de HIV, existen en el África negra, lo sabemos. Pero también hay sarna, señoras y señores, tenemos tuberculosis de nuevo. Me gustaría saber, cuando un negro me besa (!) o tose cerca de mí, entonces tengo que saber si está enfermo o no, queridos amigos, y tenemos que estar seguros de eso. [...] El 14 de octubre tenemos la oportunidad de llevar la AfD al Parlamento bávaro, de jubilar a la Sra. Merkel y de hundir la flota de Soros (!!!!) con todos los botes salvavidas en el Mediterráneo (!!!!) [aplausos]" (Heute-Show de 12.10.2018).

Esto debería demostrar suficientemente que aquella “izquierda” o liberales de izquierda están fundamentalmente equivocados cuando piensan que pueden ignorar el racismo o etiquetarlo como una “contradicción secundaria” y exigen que las situaciones sociales y las relaciones de clase vuelvan a ser el centro de atención; ¡como si el racismo y las situaciones sociales pudieran separarse el uno del otro! Höcke y los suyos dejan claro a dónde nos lleva ese viaje. Migajas de pan "solidario" para los "de pura raza" y para el resto, que no corresponde a la "identidad nacional alemana", ninguna solidaridad, mejor que se ahoguen silenciosamente en el Mediterráneo.9

Las consecuencias de la crisis también se reflejan repetidamente en el colapso del sistema de salud. Los "programas de ajuste estructural" correspondientes llevaron una y otra vez al aplastamiento de toda atención médica al no poder ser más "financiada", como se vio, por ejemplo, en Grecia en los últimos años.10 La privatización de los hospitales, la "mercantilización del sistema sanitario", también condujeron a una estratificación de la atención medica y a la llamada "crisis de la asistencia". Por supuesto, se ahorran costos de personal, lo que queda demostrado por el hecho de que existe una escasez permanente de personal en el sector social y de asistencia, que la jornada laboral normal incluye un sinfín de horas extras que no pueden reducirse, además de una remuneración miserable. No es de extrañar que cada vez menos personas quieran dedicarse a esta profesión en vista de las catastróficas condiciones de trabajo. Según los medios de comunicación, el estado de emergencia de la atención médica ha llegado a tal punto que constituye un peligro para la salud. Las protestas también se dirigen ahora contra el estado de emergencia de la atención médica, mediante huelgas y mediante la campaña del partido de izquierda “¡los seres humanos antes que los lucros! - Paren el estado de emergencia en la salud”. No es sorprendente que la crisis del sistema de salud no se comprenda en el contexto de una crisis fundamental del capitalismo, sino en la privatización y el neoliberalismo.11 Exigir una refinanciación y la contratación de más personas pierde lo esencial. Sin duda, algo puede hacerse de forma inmanente, por ejemplo, redistribuyendo diversos fondos financieros; y las luchas inmanentes, como las huelgas por salarios más altos y tiempos de trabajo soportables, son significativas y necesarias. Sin embargo, las deseadas refinanciación y redistribución sólo funcionarían si las finanzas públicas estuviesen yendo razonablemente bien. El requisito para ello es que Alemania se mantenga como vencedora en el mercado mundial y, por lo tanto, competitiva (y el enorme sector de bajos salarios es parte de eso), con lo cual tarde o temprano esa condición acabará de cualquier modo.

Pero la lucha social inmanente y la lucha por los "intereses de los trabajadores" tienen sus límites en la barrera interna de la valorización del capital y pierden el sentido a más tardar cuando la producción y la reproducción ya no pueden ser representadas en la forma de trabajo asalariado y de actividad lucrativa. Por lo tanto, hay que trascender los conflictos de intereses inmanentes de un "punto de vista obrero": hay que insistir en que todos tienen derecho material a atención médica, a vivienda, a alimentación, etc., independientemente de cualquier restricción financiera que calcule lo que es posible y lo que no lo es. Robert Kurz escribió: "La generalidad social de un ‘interés’ que realmente vaya más allá del sistema moderno de producción de mercancías sólo sería posible en primer lugar como meta-interés, es decir, como el desarrollo de un interés contra la propia forma capitalista de interés; en otras palabras, el interés no más siendo conducido por una eterna ‘batalla de intereses’ forzada por la competencia burguesa, lo que sólo es posible rompiendo el orden social dominante en sus fundamentos” (itálico, TM).12

Kurz escribe en otra parte: “¿Qué posibilidades de resistencia existen frente a esta abrumadora tendencia a la descivilización? Obviamente, una política limitada de lobby por los servicios sociales debilitados ya no es suficiente. Es un hecho que no existe un puro determinismo objetivo de la crisis y que en cada situación el espacio de maniobra inmanente puede ser utilizado para ‘conseguir algo’. Pero esto sólo puede hacerse en el contexto de un movimiento social amplio que sea capaz de superar hasta cierto punto la competencia universal y de hacer valer un conjunto de demandas, aunque esto no supere en sí mismo la crisis enraizada en las contradicciones del sistema del ‘trabajo abstracto’ y su estructura de escisión por género. Para que este movimiento sea posible, también se necesita una pequeña y tenaz guerra en la vida cotidiana contra el pensamiento social darwinista, sexista, racista y antisemita en todas sus variantes. Además, el curso de la crisis puede abrirse a una nueva sociedad si la resistencia inmanente encuentra la perspectiva de una forma de producción y de vida diferente al patriarcado productor de mercancías y, por lo tanto, también más allá del viejo socialismo de Estado. Esta apertura sólo es posible a través de la apertura del horizonte intelectual a una nueva crítica radical de la sociedad, en lugar de dejarse consumir completamente por el día a día de la crisis” (itálico, TM)13.

En fuerte contraste con eso está el llamado debate sobre la renta básica incondicional (RBI).14 Originalmente esta idea vino de Milton Friedman, como es sabido, con el objetivo de abolir todos los demás beneficios sociales. Si la RBI condujera a un cese de las medidas represivas sociales contra los desempleados (Hartz-IV), tal cosa ciertamente sería apoyada. Sin embargo, también en este caso se aplica el criterio de la viabilidad financiera y los límites establecidos por la barrera interna. Además, la RBI probablemente sólo sería accesible a los "ciudadanos", lo que sólo profundizaría la cacería interna. Aunque algunos defensores de la RBI quizás sospechen que la riqueza producida es disociada del trabajo asalariado y que una biografía de empleo "exitosa" es cada vez más una excepción, la RBI también puede interpretarse como una forma de negación de la crisis: a pesar del desempleo masivo, la forma del dinero debe seguir siendo una condición de la vida humana; la renta básica incondicional simularía así una sociedad del trabajo sin trabajo y los "hípsters" podrían seguir tomando sus bebidas ecológicas. Todo podría seguir como antes. Lo mismo se aplica a la "renta ciudadana".

Como también fue enfatizado muchas veces en esta revista, el "Estado democrático de derecho" no sabe ayudarse a sí mismo durante la crisis más que contrarrestando las catástrofes sociales y la salvajización de la "sociedad civil" con medios represivos. Es un patrón de comportamiento experimentado una y otra vez en la historia del capitalismo. A más tardar desde el 11 de septiembre de 2001, se observa una expansión masiva del aparato de seguridad en los Estados capitalistas centrales.15 Además, en las últimas décadas se ha establecido en Estados Unidos - el "centro de la libertad occidental" - una verdadera industria penitenciaria. La respuesta a los conflictos sociales es básicamente el encierro; la mayoría de los prisioneros en los Estados Unidos, por ejemplo, están detenidos por robo o delitos vinculados a drogas y de ninguna manera por delitos violentos graves. Sin embargo, esto es precisamente lo que la propaganda siempre afirma y lo que les gusta enfatizar a los agitadores de la seguridad cuando quieren hacer que las calles sean "seguras de nuevo" armando a la policía y ampliando sus poderes.16 Se puede afirmar que desde finales de la década de 1970 la práctica penal se ha alejado del concepto de "resocialización" y se está centrando nuevamente cada vez más en el castigo y la "disuasión".17 Sin embargo, en las condiciones de la crisis, las medidas de reinserción social, como la (re)integración en el mercado laboral, son cada vez menos eficaces y, por lo tanto, existe el peligro de que el aparato de seguridad sea llevado más que nunca a luchar salvajemente, ya que sus medidas represivas no conducen a ninguna parte. Además, la propia policía se convertirá a largo plazo en un problema de seguridad, como lo demuestran los informes de violencia policial.18 Al final, la policía ya no se diferenciará de las milicias de terror, como lo muestran los salvajes aparatos de Estado en la "periferia". No es de extrañar, por lo tanto, que el Estado amplíe cada vez más las atribuciones de los aparatos represivos (policía, servicios secretos, etc.). Además, durante años la policía también ha sido mejorada técnicamente, es decir, militarmente.19 El lema es ahora abiertamente “Atreverse a más fascismo”! Con las nuevas leyes de policía, que fueron implementadas prácticamente en toda Alemania en 2018, o que pronto serán implementadas, el Estado policial fue establecido, en parte con medidas conocidas anteriormente sólo en dictaduras.20 Se da especial atención a la acción preventiva de los Knüppelgarden [guardias de bastón] en el caso de un "peligro inminente", como se afirma en su neolengua orwelliana. Cuándo está presente tal amenaza es algo que, por supuesto, lo decide la policía. En Baviera, por cierto, desde agosto de 2017 (poco después del G-20), los llamados "peligrosos", es decir, las personas que no han cometido ningún crimen pero que tal vez podrían cometerlo son tomadas en “custodia protectora” - como se llamaba en los tiempos de Hitler -, es decir, pueden ser encerradas hasta tres meses sin cargos y sin juicio. Ni siquiera es necesario planificar de forma demostrable un delito futuro, es decir, no es necesario que exista un "peligro concreto" real, para que se pueda proclamar un "peligro inminente". Después de tres meses, el tiempo puede ser extendido por un juez (y sin duda habrá secuaces legales dispuestos a ello). Teóricamente, una persona "peligrosa" puede ir a la cárcel todo el tiempo que quiera, ¡sin haber cometido un delito! Por cierto, tal "custodia protectora" también puede ordenarse en caso de delitos administrativos.21 Dicho sea de paso, los "peligrosos" no tienen derecho a una defensa obligatoria. Además, un tribunal no tiene que cumplir con la solicitud de pruebas de las partes implicadas (que podría aliviarlas).22 Esta es, en última instancia, la lógica del estado de emergencia, ¡que es "normalizado" por ese endurecimiento legal! Por supuesto, los refugiados son los primeros afectados por la intensificación de la violencia policial (ya fascistoide en sí misma).23 Y esto no permanecerá en los refugiados, como quedó demostrado en las represalias contra sindicalistas y activistas de izquierda en el congreso de la AfD en Núremberg (el 9 y 10 de junio de 2018) y poco tiempo después en Augsburgo.24

Cabe mencionar también que en la primavera de 2018 se tramitaba en Baviera una nueva ley de psiquiatría que preveía el registro policial de las personas internadas por la fuerza. Una vez que han sido ingresados por la fuerza, esos “enfermos mentales” deben ser tratados como criminales serios: almacenar en un archivo, revisar el correo, escuchar llamadas telefónicas, etc. Está claro que ambas leyes no deben ser consideradas por separado, después de todo, por razones políticas los "revoltosos" fueron forzados repetidamente a la psiquiatría (Gustl Mollath, los investigadores fiscales de Hesse, etc.), especialmente desde que se declaró abiertamente que el objetivo de la ley era “evitar el peligro”.25

Pero la “resistencia contra la violencia estatal”, como es referida, no siempre tiene un trasfondo socialmente crítico y emancipador, sino que también puede ser parte de una agitación fascista que se dirige explícitamente contra cierta “civilidad burguesa” aún existente (pensemos aquí tan sólo en los Ciudadanos del Reich). La llamada “alianza entre el populacho y la élite” (Arendt) actúa como aceleradora de la barbarie, como demostraron sobre todo las elecciones democráticas de Bolsonaro, Duerte, etc. Esto debe tenerse en cuenta, para no cometer el error de ver una "dualidad" fundamental entre la población y el aparato estatal de violencia, más allá de todas las críticas a los custodios del Estado.

Una de las razones para el policiamiento estatal en curso puede ser, sin duda, los ataques homicidas y terroristas. Pero, sobre todo, el Estado está rearmando sus bastones para poder cortar de raíz cualquier resistencia social, como demostró la cumbre del G20 y sus consecuencias.26 Cuando se declaró el estado de emergencia en Francia, tras el atentado del 13 de noviembre de 2015 en París, "de paso" fueron perseguidos los miembros de la oposición de izquierda.27 El estado de emergencia se prorrogó varias veces en Francia, convirtiéndose así en una institución permanente. Cuando se abolió "oficialmente", del estado de emergencia se mantuvo una legislación de seguridad correspondientemente más estricta, lo que era de esperarse.28 Como antes, la democracia acaba por dar origen al fascismo a partir de ella misma. Adorno afirmó que estaba menos preocupado por el fascismo contra la democracia que por el fascismo en democracia.29 Sin embargo, más allá de Adorno, el fascismo debe ser considerado como la continuación de la democracia por otros medios. Esto queda claro cuando se advierte que la democracia tiene como requisito la sumisión al movimiento de valorización del capital y que en la crisis, por lo tanto, la famosa democracia se reduce a su núcleo represivo. Que a partir de un euro se hagan dos, y que en el caso de que la gente ya no sea utilizada para el trabajo (no importa inclusive cuán miserables y sin sentido sean los trabajos para los “afortunados” cada vez más minoritarios), ésta debería morir tan silenciosamente como sea posible, no es algo que pueda ser negociado democráticamente. Al fin y al cabo, todo depende de la viabilidad financiera, y en última instancia la prioridad es que el respectivo Estado prevalezca en la competencia global.

El terror policial democrático ha sido y está siendo utilizado masivamente contra la resistencia social en los últimos años, por ejemplo en España y Grecia. En Grecia, evidentemente, se están desalojando las casas ocupadas, y esto ocurre con especial rigor cuando los refugiados son los ocupantes. Cuando se es arrestado, uno puede ser torturado posteriormente, como en la dictadura militar. Toda resistencia organizada contra la política dominante se responde con delirios paranoicos de orden. Todo esto, por supuesto, también bajo el gobierno de “izquierda” de Syriza.30 En España las cosas no son diferentes. Ahora cualquiera puede ser un "terrorista", incluso alguien que simplemente perturba el "orden público", por ejemplo, cuando la gente ocupa casas vacías o adquiere alimentos no vendidos y luego los distribuye públicamente. No es de extrañar, pues, que se hable de una vuelta a los métodos de Franco. La “ley mordaza” aprobada en 2015 suprime finalmente la libertad de expresión y de manifestación. ¡Esta ley prevé multas de hasta 600.000 euros! Aunque se trata de restricciones constitucionales, se consideran "sólo" como delitos administrativos, es decir, son impuestos directamente por la policía, eludiendo así la vía judicial.31 El trasfondo son obviamente las numerosas manifestaciones y ocupaciones contra la política de austeridad de los últimos años. Cuando al régimen gobernante se le acaban los "argumentos", simplemente se libera el bastón. Los guardias armados de porras y un poder judicial paranoico terrorista son, finalmente, lo último que las democracias tienen para ofrecer a las personas. A fin de cuentas, alguien “sospechoso” es cualquier persona que declare una objeción y quiera darle una expresión práctica o discursiva, o quien esté relacionado con alguien que lo haya hecho. La intensificación actual consiste, entonces, en que locos a tiempo completo toman el timón y dejan de actuar como si estuvieran preservando una cierta "civilidad", como si los incontables endurecimientos de la ley en realidad sólo se estuvieran aplicando para salvar el maravilloso "estado de derecho" (como a Alemania le gusta subrayar32), o para "asegurar la libertad y la seguridad de los ciudadanos", como dijo Rajoy cuando se aprobó la "ley de la alternancia", sino para ir a la barbarie de forma abierta y sin rodeos, como en el caso de Duerte en las Filipinas: sin más preámbulos autorizó la muerte de (presuntos) adictos a drogas y se comparó con Hitler: "Hitler masacró a tres millones (!) de judíos. Ahora, hay tres millones de drogadictos. [...] Me encantaría eliminarlos (!)", por supuesto con el objetivo de "acabar con el problema de mi país y salvar a la próxima generación de la perdición".33 De hecho, miles de personas fueron liquidadas.

En Brasil, esta locura continuará con Bolsonaro, el siguiente psicópata elegido. Se parece más a Duerte que a Trump (aún cuando parecerse a éste último ya sería suficientemente fatal). “Obviamente”, Bolsonaro es misógino y homofóbico. Y es francamente brutal: simpatiza abiertamente con la dictadura militar y declaró que nada se modifica con elecciones, sólo con guerra civil. Los movimientos sociales, como el movimiento sin tierra, deben ser en adelante tratados como "terroristas".34

¿Qué harán los “preocupados” nazis de Alemania si “Merkel no está más”, la economía se derrumba y los dorados años cincuenta no pueden ser restaurados? ¿los medios "izquierdistas" y los afectados por la "locura de género" serán entonces liberados para ejecución? Las fantasías y comentarios de varios nazis de la AfD ya han demostrado que algo así no es demasiado descabellado.35 El cada vez más salvaje "aparato de seguridad" - el "Estado profundo" - ciertamente tarde o temprano hará su "contribución" en ese sentido.36

Es completamente evidente que el régimen capitalista se ha vuelto insostenible. La crisis, que ya ha sumido a gran parte de la "periferia" en una miseria de masas, se ha hecho realidad desde hace mucho tiempo en los Estados capitalistas centrales. Las últimas "islas de prosperidad" están frente a un "empobrecimiento recuperador". Al mismo tiempo, el Estado está rearmando sus bastones y está sufriendo una financiación cada vez más precaria. Esto contiene el potencial de que la represión ya no tenga lugar en un "marco ordenado" y que, por lo tanto, sólo promueva aún más el desorden público, es decir, la barbarie, en todo intento de mantener el "orden público".

En este número de Exit! se critican, entre otras cosas, las diversas distorsiones ideológicas que se manifiestan y se hacen cada vez más efectivas, sobre todo hoy en día, en tiempos en que las situaciones sociales se agravan cada vez más. Las distorsiones ideológicas pueden verse, por ejemplo, en un aspirado renacimiento de la soberanía del Estado nación, como a menudo lo exigen varios “nuevos derechistas” o “defensores de un frente transversal”; además, en una “teologización” del espíritu del tiempo postmoderno37, que se hace evidente en varios filósofos (como Badiou y Agamben) que se refieren a San Pablo. También es importante subrayar aquí que la "salvajización de los aparatos de seguridad" y la fascistización de las relaciones han alcanzado una nueva calidad en los centros occidentales en los últimos años, pero tuvieron un período de preparación que ha durado décadas. Roswitha Scholz comenta el artículo de Robert Kurz, “La democracia devora a sus hijos. Comentarios sobre el nuevo radicalismo de derechas”, de 1993. Extrae las tesis centrales de ese texto en sus distintas dimensiones (economía, política, relaciones de género, etc.) y esboza, a su vez, la evolución en estas diversas áreas hasta mediados de 2018. Llega a la conclusión de que el análisis central de Kurz radica en que la democracia y el nacionalsocialismo/fascismo, aun cuando no sean lo mismo, no son estructuralmente opuestos, sino que las aspiraciones de derecha y una correspondiente forma de pensar la democracia nacen como forma de organización del propio capitalismo. Según Scholz, sólo hoy en día, después del colapso financiero de 2008, cuando las ideologías de derecha, el populismo y la violencia correspondientes, incluyendo también la de los aparatos policiales y militares que se salvajizan, adquieren una dimensión mundial, esto se hace visible en toda su magnitud. En consecuencia, su ensayo lleva por título “La democracia continúa devorando a sus hijos –“¡hoy todavía más!”.

En la parte final, Scholz critica el artículo de Daniel Späth, aparecido en el número 14 de exit!, “Frente transversal en todas partes”. Späth no consideró suficientemente el desarrollo de la derecha por lo menos desde el fin del socialismo del bloque oriental; en su lugar, da la impresión de que el viraje hacia la derecha de los últimos años cayó del cielo. Späth prescinde de las formulaciones esenciales realizadas en el contexto de la crítica del valor(-escisión), entre otras también de las del texto de Kurz de 1993. Späth tampoco se refiere a las superposiciones entre los espectros de la izquierda y la derecha, contenidas por lo general en el concepto de frente transversal, sino que aborda las superposiciones entre el neoliberalismo y (nuevas) ideologías de derecha.

La contribución de Gerd Bedszent, “El poder del Estado desde el inicio de la modernidad hasta el presente – El Estado nacional como partero y prestador de servicios para la producción de mercancías”, tematiza el restablecimiento de las estructuras del Estado nacional propagado por la Nueva Derecha. Bedszent comienza con un bosquejo histórico, caracterizando al Estado como una construcción socio-económica relativamente reciente, surgida en el albor de los tiempos modernos como una alianza de propósitos entre los gobernantes absolutistas y la burguesía urbana. Caracteriza la dualidad de poder estatal y economía mercantil como un rasgo decisivo de la economía nacional emergente: los aparatos burocráticos fueron herramientas para la conversión de la población en sujetos funcionales de la economía mercantil y, al mismo tiempo, para la resolución de conflictos con las economías nacionales en competencia. Entretanto, la actual crisis estructural de la economía mundial está privando de su base financiera a los aparatos administrativos del Estado nación. La desnacionalización que siguió a la decadencia de la economía ya ha dejado tras de sí terribles devastaciones en gran parte de África, Asia, América Latina y Europa Oriental, y actualmente se está extendiendo a las regiones desarrolladas de Europa occidental y Norteamérica.

La incapacidad estructuralmente condicionada de los aparatos políticos para hacer frente a las consecuencias de la crisis mundial fomenta el surgimiento de oscuras corrientes políticas, las cuales se refieren de manera positiva a la historia temprana, supuestamente heroica, del capitalismo. Sin embargo, en la cruda mentalidad de los ideólogos de derecha los desarrollos económicos apenas aparecen. Sus demandas se limitan a la exclusión represiva de las víctimas de los colapsos económicos y de las guerras de distribución postestatales. La ola de violencia de la extrema derecha que azota Alemania desde hace varios años constituye, en lo esencial, una estrategia retorcida de gestión de la crisis. Como demuestra Bedszent, la estrategia propugnada por la Nueva Derecha consistente en engendrar aparatos de poder a pequeña escala, aislados del mundo exterior, ni siquiera puede funcionar teóricamente. Puesto que tales entidades no son viables sin financiamiento externo, no se trata en realidad de la formación de un Estado, sino de su simulación. De hecho, las actividades de milicias de ciudadanos de extrema derecha y otros movimientos particularistas solo contribuyen a erosionar el monopolio de la violencia; por lo tanto, el proceso de erosión de los aparatos estatales de violencia no se detiene con las actividades de los radicales de derecha, sino que se ve fomentado por estas.

En medio de los procesos de crisis de la socialización capitalista, los fenómenos religiosos se encuentran en auge con su gama de ofertas de felicidad, alivio y refugio. En la búsqueda febril de ofertas de salvación se mezcla un giro hacia San Pablo que, como en el caso de los filósofos Alain Badiou y Giorgio Agamben, ha ganado un nuevo espacio en el pensamiento filosófico. Herbert Böttcher se ocupa de este mesianismo fundido en filosofía en su artículo “¿Rezar ayuda en la crisis? – Sobre la fuga filosófica para el mesianismo paulino”.

El interés de Badiou se centra en la figura de San Pablo en cuanto revolucionario. Mediante el acontecimiento de su conversión al evento de Cristo, deviene un crítico de la ley judía y del pensamiento griego y, con ello, un fundador de una nueva verdad universal. Verdad que se convierte en el fundamento para la constitución de un sujeto militante. A partir de la impotencia que sufre el sujeto en el capitalismo, éste se vuelve capaz, en cierto modo, de actuar de nuevo desde la Nada, si permanece fiel a un evento vacío de contenido y a su verdad sobre la base de una decisión existencial.

Giorgio Agamben desea romper el hechizo de un estado de emergencia que se está volviendo normal. Con la ayuda de Pablo, construye un remanente mesiánico que disuelve el hechizo y un salvador “tiempo que resta”. Ambos se convierten en el fundamento de una vida mesiánica en el modo del “como si no”, en lenguaje simple y claro: una vida en el capitalismo como si éste no existiera. Mientras Badiou busca fundamentar una identidad de verdad y sujeto, Agamben apunta hacia una no-identidad que elude cualquier determinación de contenido. Böttcher muestra cómo ambos autores están vinculados por una renuncia al análisis del capitalismo como “totalidad concreta”, así como por un recurso inmediato a las tradiciones premodernas que omite cualquier contextualización histórica y, por consiguiente, la cuestión acerca de las relaciones de dominación. Junto a los juicios teológicos erróneos, esto conduce a una mera instrumentalización de Pablo en beneficio de su propio pensamiento. El giro filosófico hacia una figura religiosa va acompañado de una alegría religiosa posmoderna que asume rasgos decisionistas autoritarios y hostiles a la reflexión. Está relacionado con un pensamiento filosófico, existencialista y teológico que busca certezas en las experiencias existenciales y en el riesgo de la decisión. Demuestra ser tan antirreflexivo y fundamentalista como los productos espirituales ofrecidos en los mercados esotéricos y las iglesias.

La ‘política de identidad’ de la izquierda, esto es, de los liberales de izquierda, ha sido criticada en numerosas ocasiones durante los últimos años. También la escena queer está en ebullición últimamente, como lo demuestra la publicación en 2017 del libro “Beißreflexe” [Reflejos de mordida] en la colección editorial Kreischreihe, así como las publicaciones que siguieron. En su texto “El género entre 'ficha' performativa y biologización – Crítica del queerness posmoderno y del discurso médico sobre la 'transexualidad'”, Thomas Meyer se ocupa principalmente de la política de identidad queer. Subraya que las críticas, tal y como se formulan hoy con razón contra lo ‘Queer’, ya estaban disponibles del lado feminista en los años noventa. En particular, el texto señala que la pretensión de aceptar las identidades desviadas en la escena queer no es en sí no problemática. Meyer busca demostrarlo por medio del fenómeno de la “transexualidad”, rastreando su discurso médico. Esto debería poner en claro que, a través del discurso sobre la transexualidad (el “transexualismo”), un malestar en la coacción binaria de género, un fracaso en la clasificación unívoca de los caracteres sexuales burgueses, ha adoptado históricamente la forma de un problema médico, en última instancia quirúrgico. De este modo, la coacción a asumir un género no es criticada, sino perpetuada y, en realidad, biologizada. La flexibilización de los códigos de género en la posmodernidad no ha cambiado nada al respecto. La política de reconocimiento queer se queda demasiado corta, sobre todo en el trasfondo de una “salvajización del patriarcado” (Roswitha Scholz) y de movimientos fascistas que exigen relaciones de género tradicionales.

En el número 14 de exit! de 2016, apareció la primera parte de una compilación planeada por Richard Aabromeit sobre la historia del dinero. El texto “El dinero es claro, ¿no?” generó muchas críticas. En su forma publicada, no satisfacía en modo alguno las pretensiones de la crítica del valor-escisión. Si bien no puede hablarse de una teoría de la historia elaborada en la crítica del valor-escisión, no obstante se ha reclamado repetidamente que un texto no puede quedar rezagado con respecto al nivel de reflexión ya alcanzado, aun cuando éste a veces sea sólo fragmentario. Thomas Meyer en su contribución, “Sobre la persistente aporía de la historia – Comentario adicional al texto ‘El dinero es claro, ¿no?’”, resume, en primer lugar, algunas ideas fundamentales de una teoría de la historia de la crítica del valor-escisión y se dirige luego a los puntos problemáticos del texto de Aabromeit.

En su ensayo “Sobre la polaridad inmanente de la teoría burguesa de la historia”, Jan Luschach aborda, con el objeto de problematizarlos desde la perspectiva de la crítica del valor-escisión, algunos supuestos básicos de la teoría moderna de la historia, tal como se refleja en la metafísica del progreso de Hegel, por un lado, y en el llamado historicismo, por el otro. Cabe señalar que ambos enfoques teóricos se mueven dentro de la misma forma de pensamiento y ocupan en cada caso los polos opuestos de “concepto” e “intuición”. Si la filosofía de la historia teológica y ontológica de Hegel puede considerarse como una autonomización del concepto, que permanece completamente intocado por su objeto, la interpretación historicista de la historia está particularmente cercana al objeto, aunque como mera hipóstasis de la contingencia histórica. Ésta se pierde en el modo de conocimiento de una visión pura e intuitiva, lo que hace imposible la formación de un concepto crítico. Con recurso a las reflexiones de Robert Kurz sobre la historia como “historia de las relaciones fetichistas”, desarrolladas por primera vez en sus textos sobre “La historia como aporía”38, deben discutirse frente a estas falsas alternativas las cuestiones de continuidad y discontinuidad, los puntos en común y las diferencias entre las relaciones capitalistas y las premodernas.

Finalmente, el libro Weltordnungskrieg [Guerra de ordenamiento mundial] de Robert Kurz fue traducido parcialmente al francés (Impérialisme d'Exclusion et Etat d'Exception, París, 2018, en Éditions Divergences); en portugués, una antología con, entre otros, Die Krise des Tauschwerts [La crisis del valor de cambio] de Robert Kurz (en Editora Consequência: A Crise de Valor de Troca, Río de Janeiro, 2018). La monografía de Anselm Jappe sobre Guy Debord ha sido reimpresa en inglés (Oakland, 2018, en PM-Press, primera edición 1999). La Red Ecoménica Rhein-Mosel-Saar ha publicado la antología Die Frage nach dem ganze - Zum gesellschaftkritischen Weg des Ökomenischen Netz anlässlich seiner 25jährigen Bestehens (Koblenz, 2018) [La cuestión del todo - En el camino de crítica social de la Red Ecoménica con motivo de su 25º aniversario]. Este volumen contiene artículos de Herbert Böttcher, Robert Kurz, Roswitha Scholz y Leni Wissen, entre otros. Tomasz Konicz también ha publicado un libro electrónico Faschismus im 21. Jahrhundert – Skizzen der drohenden Barbarei (Heise) [El fascismo en el siglo XXI - Esbozos de la barbarie amenazante]. Esta colección de artículos resume varios aspectos de la fascistización de las relaciones en los últimos años.

Traducción del alemán de Javier Blank y Jordi Magnet Colomer


  1. Cf. Simone Weil: Unterdrückung und Freiheit – Politische Schriften [Opresión y libertad - Escritos políticos], Múnich, 1975, original: Paris, 1955, p.136 ^

  2. Cf. para eso Dowling, Emma; van Dyk, Silke; Graefe, Stefanie: Rückkehr des Hauptwiderspruchs? - Anmerkungen zur aktuellen Debatte um den Erfolg der Neuen Rechten und das Versagen der ›Identitätspolitik‹ [¿El retorno de la contradicción principal? - Notas sobre el debate actual em relación el éxito de la nueva derecha y el fracaso de la ‘política de identidad’], en: PROKLA – Zeitschrift für kritische Sozialwissenschaft Nr. 188 (Gesellschaftskritik und 150 Jahre Kritik der politischen Ökonomie) [Revista de ciencias sociales críticas - Crítica Social y 150 Años de Crítica de la Economía Política], Berlin, 2017, 411–420. ^

  3. Cf. para eso la presentación de Roswitha Scholz en el Seminario de exit! De 2018 (en: exit-online.org) ^

  4. Cf. la entrevista en radio en 2006 de Robert Kurz: https://www.freie-radios.net/14317. ^

  5. Como en: Roswitha Scholz: Überflüssigsein und ›Mittelschichtangst‹ Das Phänomen der Exklusion und die soziale Stratifikation im Kapitalismus [La superfluidad y el "miedo de la clase media" - El fenómeno de la exclusión y la estratificación social en el capitalismo], in: exit! – Krise und Kritik der Warengesellschaft Nr. 5, Bad Honnef 2008, 58104; también en: Robert Kurz: Das letzte Stadium der Mittelklasse [La última etapa de la clase media] (2004), (exit-online.org). ^

  6. Nada muestra esto más claramente que la "política climática", Cf. Tomasz Konicz: Klimapolitischer Schwindel für Fortgeschrittene [Fraudes en la política climática para avanzados], Telépolis, 04.11.2018, y Postcapitalismo sin renuncias, Telépolis, 11.08.2018. ^

  7. Matthias Meisner: Wagenknecht verteidigt Essener Tafel [Wagenknecht defiende a Essener Tafel], tagesspiegel.de, 26.02.2018. ^

  8. Sobre la ideología fascista de Björn Höcke tal y como se difunde en su libro ("Nunca dos veces en el mismo río") Cf. Andreas Kemper: El río fascista de Björn Höcke - El maquiavelismo popular del político de la AfD, en: Graswurzelrevolution 9/2018. ^

  9. El grado de embrutecimiento racista general ya se ha puesto de manifiesto, por ejemplo, en Die Zeit, cuando se discutió seriamente si se debían salvar a las personas que se ahogan en el Mediterráneo, Cf. Tomasz Konicz: "Absaufen" - Pro und Contra [‘Náufragos’ - a favor y contra], Telépolis, 18.07.2018 ^

  10. Cf., por ejemplo, Das Gesundheitswesen in Griechenland [Sistema de Salud en Grecia], https://www.freie-radios.net/63489, y también: Tomasz Konicz: Griechenland: Zu Tode gespart [Grecia: Salvado hasta la muerte], Telépolis de 20.08.2018. ^

  11. Sin embargo, la práctica inhumana de la racionalización médica puede invocar con razón la ideología del neoliberalismo. Así, Hayek, “ideólogo principal” del neoliberalismo, ya escribió lo siguiente en su obra Los fundamentos de la libertad, de 1960 (Gesammelte Schriften, Vol. 3): "Puede sonar duro, pero probablemente redunde en el interés de todos que en un sistema liberal los que pueden ser plenamente empleados sean curados rápidamente de una enfermedad temporal y no peligrosa, al precio de una cierta negligencia hacia los ancianos y los enfermos terminales. En los sistemas de medicina estatal, generalmente encontramos que aquellos que pueden ser rápidamente restaurados a su capacidad total deben esperar mucho tiempo, porque las instalaciones de los hospitales son utilizadas por personas que nunca más harán nada por sus semejantes" (p.405). ^

  12. Robert Kurz: Die Welt als Wille und Design – Postmoderne, Lifestyle-Linke und die Ästhetisierung der Krise [El mundo como voluntad y diseño - Postmodernismo, estilo de vida de izquierda y la estetización de la crisis], Berlin, 1999, 71. ^

  13. Cf. el ensayo “Unrentable Menschen” [Seres humanos no rentables] de Robert Kurz, 2006 (exit-online.org). ^

  14. Cf. para eso la presentación en el círuclo de lectura de exit! De Hamburgo, en el seminario de exit! De 2018 (exit-online.org); también la entrevista de radio de 2006 de Robert Kurz: https://www.freie-radios.net/13828. ^

  15. Por supuesto, el aparato de seguridad comenzó a ser ampliado mucho antes del 11 de septiembre. Años antes algunos ya tematizaban el endurecimiento de las leyes. La excusa oficial para el endurecimiento legal era a menudo el "crimen organizado", pero por regla general se trataba de contar con medios contra el movimiento de protesta y la oposición de izquierda. Cf. Rolf Gössner: Widerstand gegen die Staatsgewalt - Handbuch zur Verteidigung der Bürgerrechten [Resistir a la violencia del Estado - Manual para la defensa de los derechos civiles], Hamburgo 1988. Las críticas eran frecuentemente ricas en material, pero limitadas a la defensa de un ideal burgués o liberal de izquierda contra la realidad. Por lo general, no se reconocía el carácter fundamental de la democracia en sí misma, sino que se colocaba en oposición con el sistema de dominación del capitalismo. ^

  16. Cf. Thomas Meyer: Überwachen und Strafen – Zum demokratischen Staatsterror in Zeiten des Neoliberalismus [Monitoreo y Castigo - Sobre el terror democrático estatal en tiempos de neoliberalismo], en: exit! – Krise und Kritik der Warengesellschaft Nr. 14, Angermünde 2016, 331–341. ^

  17. Cf. Andreas Urban: Es muss wieder gestraft werden – Zur Rückkehr des repressiven Strafrechts in der Krise der Arbeitsgesellschaft [Volver a castigar - Sobre el retorno del derecho penal represivo en la crisis de la sociedad del trabajo] (2018), (exit-online.org). ^

  18. Cf. por ejemplo, Marcus Hammerschnitt: Unter dem Stiefel – Zum Stand der Polizeigewalt in Deutschland [Bajo las botas – Sobre el estado de la violencia policial en Alemania], Telepolis, 12.05.2018. ^

  19. Cf. por ejemplo, Martin Kirsch: Militarisierung der Polizei – Massive Aufrüstung im Namen der Terrorabwehr [Militarización de la policía - Armamento masivo en nombre de la lucha contra el terrorismo], https://www.imi-online.de/download/IMI-Studie2017-5-Polizei-web.pdf. ^

  20. Cf. por ejemplo, Martin Kirsch: Militarisierung der Polizei – Massive Aufrüstung im Namen der Terrorabwehr [Militarización de la policía - Armamento masivo en nombre de la lucha contra el terrorismo], https://www.imi-online.de/download/IMI-Studie2017-5-Polizei-web.pdf. ^

  21. Cf. Bayern führt die ›Unendlichkeitshaft‹ ein [Baviera introduce el “infinito’], https://www.freie-radios.net/84178. ^

  22. Cf. Keine Anwälte für Gefährder? - Neuigkeiten zum bay [¿No hay abogados para “peligrosos”? - Noticias sobre la bahía] https://www.freie-radios.net/88560. ^

  23. Cf. por ejemplo, Ellwangen, Donauwörth, Deggendorf: »Gestern dachten wir noch, es könne nicht schlimmer werden. Heute wissen wir, dass es morgen noch viel schlimmer kommen kann.« ["Ayer pensamos que no podía ser peor. Hoy sabemos que mañana puede ser mucho peor".], https://www.freie-radios.net/89225. ^

  24. https://perspektive-online.net/2018/08/umgangsverbot-und-ueberwachung-gegen-linken-aktivisten/ y https://nationalismusistkeinealternative.net/polizeiaufgabengesetz-duesseldorf-demo-augsburg/. ^

  25. Cf. Leander F. Badura: Psychiater auf den Barrikaden [Psiquiatras en las barricadas], en: der Freitag Nr. 17/2018. ^

  26. Cf. z.B.: Jakob Hayner: Institutionalisierter Irrsinn – Die medialen Reaktionen auf die Krawalle bei G20 in Hamburg [Locura institucionalizada - Las reacciones de los medios de comunicación ante los disturbios del G20 en Hamburgo], Jungle World, 13.07.2017, Birgit Gärtner: G-20: Der Rechtsstaat zeigt, was er kann [G-20: El estado de derecho demuestra lo que puede hacer], Telepolis, 30.08.2017, G20: Fabio ist frei [G20: Fabio está libre], Telepolis, 27.11.2018, así como »Der Polizeistaat ist in Teilen Realität« - Gespräch mit Lino Peters. Über Polizeikontrollen in Hamburg, willkürliche Ausübung des Rechts und psychologische Folgen von Gefängnisaufenthalten ["El estado policial es en parte realidad" - conversación con Lino Peters. Sobre los controles policiales en Hamburgo, el ejercicio arbitrario de la ley y las consecuencias psicológicas de la permanencia en prisión], Junge Welt vom 29.09.2018 . ^

  27. Por ejemplo, en consecuencia de la Cumbre Mundial sobre el Clima celebrada en París a finales de 2015, Cf. por ejemplo »Terrorfrei« im Ausnahmezustand [ "Libres de terrorismo" en un estado de emergencia], en: Wildcat Nr. 99, Winter 2015/16, 64–69. ^

  28. Cf. Hans Georg Hermann: Gewöhnlicher Polizeistaat – Ein Jahr nach dem Bataclan-Attentat in Paris: Die französische Regierung hat das Leben im »Ausnahmezustand« zur Normalität gemacht [Estado policial corriente - Un año después del atentado en Bataclán en París: el gobierno francés ha normalizado el "estado de emergencia".], Junge Welt, 15.11.2016m así como: Thomas Pany: Frankreich: Parlament beschließt verschärftes Anti-Terrorgesetz [Francia: el Parlamento aprueba una ley antiterrorista más estricta], Telepolis, 3.10.2017. ^

  29. Cf. Theodor W. Adorno: Was bedeutet Aufarbeitung der Vergangenheit? [¿Qué significa "reconciliarse con el pasado"? ], https://www.youtube.com/watch?v=On1MiOaVPrQ, (a partir de los 3 min. aproximadamente) ^

  30. Cf. Ralf Dreis: Verarmungspolitik in Griechenland – Regierung, Massenmedien und Faschisten Hand in Hand [La política de la pobreza en Grecia - Gobierno, medios de comunicación y fascistas de la mano], en: Graswurzelrevolution 12/2012; Staatliche Kontinuität in Griechenland – Syriza lässt räumen und foltern [Continuidad del Estado en Grecia - Syriza los ha evacuado y torturado], en: Graswurzelrevolution 10/2016; Die DNA des Staatsterrors – Sie hatte den ›falschen‹ Freund – 13 Jahre Knast – Ein Bericht aus Griechenland [El ADN del terrorismo de estado - tenía el amigo "equivocado" - 13 años de prisión - Un informe de Grecia], en: Graswurzelrevolution 09/2017. ^

  31. Ralf Streck: Meinungsfreiheit futsch und alles kann in Spanien nun Terrorismus sein [Se pierde la libertad de expresión y todo en España puede ser terrorismo], Telepolis, 1.07.2015. Sobre la “ley mordaza”, Cf. por ejemplo.: https://www.freie-radios.net/87510, así como: El Dorado: Spanien beerdigt Demonstrationsfreiheit [El Dorado: España entierra la libertad de manifestación], freitag.de, 28.06.2015. ^

  32. El fetichismo derechista de que el "imperio de la ley debe prevalecer" todavía se formula cuando alumnos(as) indefensos son "trabajados" por los guardias estatales, por ejemplo en Baviera, cuando un afgano que iba a ser deportado era arrastrado fuera de la escuela al "país de origen seguro" y los guardias encontraron cierta resistencia, Cf. http://www.autonomie-magazin.org/2017/06/04/halo-i-bims-1-rechtsstaat-ueber-den-fetisch-der-rechtsstaatlichkeit-und-eine-geschichte-erfolgreichen-widerstands/ sowie https://www.freie-radios.net/83343. ^

  33. Emily Rauhala: Duerte: Hitler killed millions of Jews, I will kill millions of drug addicts [Duerte: Hitler mató millones de judíos, yo quiero matar millones de drogadictos], washingtonpost.com, 30.09.2016. ^

  34. Cf. z.B. Harald Neuber: Brasilien: Militär in Regierung, soziale Bewegung »terroristisch« [Brasil: Militares en el gobierno, movimiento social "terrorista”], Telepolis, 31.10.2018. ^

  35. Tomasz Konicz: Eine ganz normale (Nazi)-partei? [¿Un partido (nazi) totalmente normal?], Telepolis, 15.05.2018. ^

  36. Tomasz Konicz: Von der Postdemokratie in den Vorfaschismus [De la postdemocracia al pre-fascismo], Telepolis, 06.10.2018 así como: Kaul, Martin; Schmidt, Christina; Schulz, Daniel: Rechtes Netzwerk in der Bundeswehr – Hannibals Schattenarmee [Red de derechas en el Bundeswehr - El ejército en la sombra de Aníbal], taz.de, 16.11.2018. ^

  37. Roswitha Scholz ya llamó la atención sobre esto en 2006:: Die Rückkehr des Jorge – Anmerkungen zur ›Christianisierung‹ des postmodernen Zeitgeistes und dessen dezisionistisch-autoritärer Wende [El regreso de Jorge - Notas sobre la “cristianización” del espíritu del tiempo postmoderno y su giro autoritario decisionista], en: exit! – Krise und Kritik der Warengesellschaft Nr. 3, Bad Honnef 2006, 157–175. ^

  38. Puede encontrarse en: exit-online.org ^